jueves, 21 de enero de 2010

Robos en correos, funcionarios solidarios de correos



Los funcionarios tienen por regla general mala fama, normalmente de vagos y hasta de ladrones en algunos casos, sin embargo, generalizar siempre es una injusticia y aunque parezca increible hay funcionarios que trabajan y ademas son honrados, espero que os guste la historia de humor de unos funcionarios de correos acusados de robo injustamente.

LOS DE CORREOS

Había un hombre que trabajaba en la oficina de correos, procesando las
cartas que traían la dirección ilegible.

Un día llegó a sus manos una carta con escritura temblorosa y que iba
dirigida a Dios, pero no tenia dirección alguna. Como esa carta no iba a
ir a ningún lado, decidió abrirla para ver de qué se trataba.

' Querido Dios: Soy una viuda de 84 años que vive de una pequeña pensión.
Ayer alguien me robó el monedero, que tenía 600 euros. Era lo que me
quedaba para el mes, y ahora voy a tener que esperar hasta el mes que
viene. No sé qué hacer.

El próximo domingo es Navidad y había invitado a dos amigas mías a cenar,
pero sin dinero, no tendré qué ofrecerles; no tengo ni comida para mí. No
tengo familia y eres todo lo que tengo, mi única esperanza. ¿Me podrías
ayudar? ¡Por Favor!
Sinceramente, María. '

Fue tal el impacto que la carta causó al empleado postal, que éste decidió
mostrarla a sus compañeros de trabajo. Todos quedaron sorprendidos, y
comenzaron a buscar en sus bolsos y carteras. Al final de la tarde habían
hecho una colecta de 520 euros. Los guardaron en un sobre y lo mandaron a
la dirección de María.

Esa tarde, todos los empleados que cooperaron sintieron una gran
satisfacción que tal vez no experimentaban desde hacía mucho tiempo, al
saber lo que habían hecho por María y sus amigas.

Llegó la Navidad y se fue.

Algunos días después de la Navidad, llegó a la oficina de correos otra
carta de María. La reconocieron inmediatamente por la escritura y porque
iba dirigida a Dios. La abrieron y todos con curiosidad leyeron lo que
decía:

' Querido Dios: Con lágrimas en mis ojos y con todo el agradecimiento de
mi corazón te escribo estas líneas para decirte que hemos pasado, mis
amigas y yo, una de las mejores Navidades de la vida. Y todo por tu
maravilloso regalo. Debes saber que siempre hemos sido fieles a tu mandato
y hemos guardado todos tus mandamientos, tal vez esa sea la razón de tu
benevolencia con nosotras.¡Gracias, Dios! Por cierto, faltaban 80 euros.
Seguro que se los han quedado esos hijos de la gran puta de Correos...

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